El Sábado mi hermana Marina y mi amiga Laura se ofrecieron de niñeras de los mellizos a tiempo completo, me pareció un estupendo plan, pasaríamos el día juntas pero ellas serían las encargadas del cuidado de los peques. En otras ocasiones cuando salíamos a pasar el día fuera acompañados de mi marido, de amigos o de familiares, no conseguía desconectar de las actividades cotidianas, cambio de pañales, comidas, biberones, lloros, empujar sillita…Sentía que el día festivo, lo era para todos, excepto para mí, pues acarreaba igualmente con todas las tareas añadiendo la complicación de ser en el exterior y sin nada a mano!
En esta ocasión fue diferente. Por la mañana aparecieron las improvisadas niñeras temprano –un punto a su favor pues mi hermana es muy dormilona- cargamos los niños en el coche y nos fuimos a pasar el día a Girona. Allí pudimos pasear, ver tiendas y comprar. Ellas se dedicaron a los niños, atendiéndoles, esperando en la calle, distrayéndoles y jugando. Yo aproveché para hacer unas compras que tenía pendientes, tranquila y sin estrés, pues tenía a los mellizos cerca y totalmente vigilados. ¡Disfruté de mis compras y de la compañía de mis hijos! ¿Parecía misión imposible, no?
A la hora de comer nos sentamos en una cafetería, y también fueron ellas las que les dieron el puré, cambio de pañal y a la sillita a hacer la siesta. Vestían y quitaban los abrigos de los niños, arreglaban sus gorritos si era oportuno, chupetes, mocos y demás…Incluso colocaron y ajustaron a los bebés en el automóvil para el viaje de vuelta. ¿Las nurses de los Beckham lo habrían hecho mejor? Gratis, posiblemente no.
Una vez de vuelta a casa les pusieron los pijamas y pasamos el resto de la tarde jugando y ordenando algunos trastos, luego a la vuelta de mi marido, Marina y Laura se despidieron de los bebés y se fueron. Así acabé el sábado acompañada por mis hijos, descansada y sin nerviosismo. ¡La idea de las niñeras ha resultado fabulosa, se han apañado como auténticas nurses, dejándome realmente sorprendida! Ahora entiendo la comodidad de los famosos que se llevan a todos los sitios las asistentas de sus hijos, aunque pienso que se pierden muchos únicos momentos cotidianos, todo es encontrar la justa medida.